El último censo, elaborado el jueves 18 de noviembre, muestra la mayor concentración de grullas en la Reserva Natural de la Laguna de Gallocanta desde que comenzó la migración
Se trata de la mayor concentración desde que comenzó el periodo migratorio a mediados de octubre. Sin embargo, se espera que en las próximas semanas, la población de grullas continúe creciendo coincidiendo con los últimos días de la migración hacia el sur, en lo que se conoce como paso postnupcial. Un periodo en el que se pueden llegar a registrar hasta 50.000 ejemplares en un solo día.
“Este año la llegada de las grullas ha sido particular. En el norte de Europa no se han producido grandes temporales que las hayan empujado a venir hacia aquí así que la migración se está produciendo de forma escalonada”, explica Carmina Franco, educadora ambiental del Centro de Interpretación de la RND de la Laguna de Gallocanta.
Según los datos oficiales, en la última campaña pasaron por este espacio de la Red Natural de Aragón unas 141.000 grullas. No obstante, se sabe que fueron muchas más. Según los expertos, se estima que en la Península Ibérica invernan en torno a 250.000 grullas; de las cuales la práctica totalidad utilizan esta laguna como zona de descanso en su viaje migratorio.
La llegada de estas aves provenientes del norte de Europa se prolongará, previsiblemente, hasta principios de diciembre. Mes en el que una población más reducida se establecerá aquí para hacer la invernada y pasar los meses de mayor frío. El número dependerá de la disponibilidad de alimento presente en el entorno de la laguna. Ya en marzo, volveremos a ver los habituales vuelos en v de estas aves; en este caso, en su viaje de retorno al norte donde comenzará la fase de cría.
Para llevar un registro de las poblaciones, cada semana, técnicos de biodiversidad de Sarga con apoyo de la cuadrilla de vigilancia de la Reserva Natural, realizan varios conteos en puntos estratégicos de la laguna. Uno diurno a través del que se registran los ejemplares dispersos por los campos de cultivo y otro, al atardecer, cuando los bandos regresan al dormidero para pasar la noche.