Territorio y Hábitats
ARAGÓN, UN PRIVILEGIO PARA NATURALISTAS
La Comunidad Autónoma de Aragón se caracteriza por poseer una variada avifauna, en consonancia con la riqueza de hábitats de su territorio, y consecuencia de los diferentes factores biogeográficos: relieve, clima, tipo de suelo, altitud y orientación.
El hecho de que Aragón ocupe la gran parte central del valle del Ebro, desde la frontera francesa hasta el Sistema Ibérico hace que en una distancia inferior a los 100 km podamos disfrutar de una gran variedad de ambientes. Debido a esta diversidad de hábitats, una densidad de población muy baja en el 90% del territorio, y un relativo buen estado de conservación, se pueden observar una gran variedad y cantidad de aves. Se han citado unas 370 especies, de las cuales más de 200 son reproductoras y el resto invernantes, en paso y divagantes.
Su origen es también diverso, desde aves típicamente eurosiberianas a mediterráneas e indoafricanas. Aunque el grado de transformación del medio por parte del hombre ha sido severo, todavía se puede disfrutar de algunos enclaves con un alto grado de conservación.
Alta montaña y roquedos
La alta montaña aragonesa es uno de los lugares con mayor interés biológico del mundo. En este ecosistema tan específico se encuentran una serie de especies de aves muy interesante, que difícilmente pueden observarse en otros ambientes, a veces ausentes en el resto de Europa. Desde las cumbres a más de 3000 metros de altitud a las sierras prepirenaicas encontramos un gran número de espacios naturales protegidos espacios protegidos.
Barrancos, congostos, hoces, gargantas y grandes paredones rocosos conforman en sí mismos ecosistemas muy interesantes. Muchos de ellos se reparten por la geografía aragonesa, acogiendo una rica avifauna rupícola especialmente rica más allá de los Pirineos.
Bosques y riberas
Selvas, pinadas, robledales, encinares o dehesas… Aragón es tierra de bosques, el 33% de su superficie es arbolada. La diversidad de climas y paisajes de Aragón ha dado lugar a una amplia variedad de bosques diferentes: de pinares de pino negro de la alta montaña pirenaica a pinares carrascos típicos de los ambientes mediterráneos más secos. Cada uno de ellos acoge una rica y especializada avifauna.
En las orillas de ríos y embalses de desarrollan los sotos fluviales, auténticas selvas con chopos, álamos, sauces, zarzamoras y tamarices que dan cobijo y sustento a una fauna muy diversa, especialmente de aves.
Estepas y mosaicos agrícolas
Las estepas son uno de los ecosistemas más extensos de Aragón. Paisajes infinitos, de suave topografía, es en primavera cuando muestran una fugaz explosión de colores, perfumes y vida. Temperaturas extremas y precipitaciones muy escasas obligan a sus moradores a una vida perfectamente adaptada a este duro medio. Especies entre las que destaca el rocín o alondra ricotí. Las parameras turolenses, a más de 1000 m de altitud ocupan extensas zonas y poseen gran valor científico, cultural y paisajístico. Grandes extensiones de terreno tradicionalmente cerealistas acogen todavía a las cada vez más escasas aves típicas de medios agrarios como las avutardas, sisones o gangas ibéricas y ortegas.
Humedales
Números e interesantes humedales salpican el territorio aragonés. Dos de ellos están declarados de importancia internacional e incluidos en el Convenio Ramsar. Los humedales constituyen espacios de gran belleza, atesorando importantes valores naturales y sustentando una rica biodiversidad, no sólo faunística.
Galachos, manantiales, lagunas endorreicas, dolinas y algunos lagos o embalses acogen a una rica y variada avifauna de la que disfrutar a través de la red de miradores y observatorios.